miércoles, 11 de diciembre de 2013

Día 95 - Trip to Dingle and Other Voices: Parte 2


7:00 A.M, suena el despertador, cinco minutos más, "Benjamin, levantate". Después de lo que sería nuestra única gran comida (el desayuno) hasta nuestra vuelta, comenzamos nuestra excursión que comenzaría Dingle a través de la carretera R559 hasta Dunquin (el punto más oeste de Europa y de Irlanda). Después volveríamos por otra carretera secundaria que rodea Mount Eagle de 514 metros y nos dejaría de vuelta en Ventry y desde allí hasta Dingle otra vez. 35 kilometros en total. A las 8:30 nos pusimos en marcha, cuando todavía no había amanecido del todo, algunos cuervos revoloteando alrededor nuestro esperando nuestra muerte y algunos conductores que nos saludaban al cruzarse. Aquí en Irlanda, se tiene bastante respeto por la gente que práctica deportes al aire libre en la carretera o donde sea y tienen bastante atención (aunque mucho otros van hablando por el móvil).


La carretera estaba plagada de casas que acogen a turistas aunque durante esta época del año están todas cerradas o casi todas. Nos cruzamos con algunos ciclistas o gente corriendo pero principalmente solo vimos ovejas. Las ovejas, ese animal que habita en Irlanda en mayor número que habitantes tiene Irlanda, ese animal que te detecta varios metros antes y te acecha con la mirada acosadora, algunas con cuernos otras sin. Las que tienen cuernos son agresivas y te persiguen, a Benny una le persiguió mientras iba en bici. Si un irlandés fuera un animal, definitivamente sería una oveja.




Que bonito, asomarse a ver que hay al otro lado del muro y descubrir que a solo un metro hay un acantilado (qué pensará mi madre...o la de Alba que también lee esto...). Y aquí estamos los dos idiotas haciéndonos una selfie al filo de un acantilado, más felices que las perdices, unas vistas hermosas y el tiempo se portó más que bien para ser Irlanda.
El señor siempre está con nosotros en Irlanda y es por eso que allá donde vamos, nos lo encontramos para protegernos, es por eso que dicen que es omnipresente. Amén. Poco después nos encontramos con la carretera semi-inundada por un rio que acaba allí mismo (mama no te alarmes, no hizo falta inflar el bote).




 Por fin llegamos al punto más al oeste de Irlanda y nos encontramos con esta maravilla de paisaje, rodeados de pequeña islas, en la más grande de todas, solo había 6 casas y el resto de islas parecían deshabitadas. Una de las islas la más lejana de todas (14 Km de la costa). La isla llamada Tearaght es prácticamente inexpugnable y está considerada patrimonio de la UNESCO. Lo sorprendente de esta isla es que los únicos habitantes que tuvo fueron unos marineros en un faro que construyeron.
Tearaght

Después de  4 horas andando, llegamos a Dunquin donde no nos paramos a comer más que un plátano y unas sucias galletas Digestive del Aldi de 85 céntimos que están más ricas que yo.
Tearaght

Y entonces por fin, iniciamos nuestra segunda etapa de 15 km de vuelta a Dingle en la que tendríamos que rodear Mount Eagle. Enseguida notamos que en esa otra ruta el viento era mucho más fuerte y pasaban aún menos coches. Llegados un punto de la carretera, vimos un nuevo camino fuera de la carretera, consultamos el mapa y pensamos "Ummhhh quizás nos lleve al otro lado de la montaña acortando tiempo y camino". Así pues tomamos ese camino que ya de buen comienzo parecía muy buena idea, consultando el GPS que era lo único que seguía funcionando a pesar de no tener ningún otro tipo de conexión, vimos que íbamos por buen camino. Seguimos ascendiendo la montaña en vez de rodearla y entonces llegamos a tal punto que estábamos rodeados de nubes y un viento tan fuerte que teníamos que hacer fuerza para que no nos empujara o cuando nos era favorable, podíamos subir la montaña sin tener que hacer nosotros fuerza. Sin embargo, algo fue mal en algún punto del camino y tomamos una dirección errónea. Esa dirección errónea nos llevaría por un camino que acababa en la misma cima de Mount Eagle.





 Entonces mantuvimos la calma en medio de la montaña con todas las nubes y el viento y decidimos seguir andando en la dirección que habíamos seguido. Al cabo de un rato, consulté el GPS el cual nos decía que estábamos más lejos que antes de donde creíamos estar yendo. Pensando que el GPS ya no funcionaba por la inexistente conexión, seguimos andando. Volvimos a consultar este y volvió a indicarnos que estábamos yendo hacia atrás en vez de hacia adelante.

Vale, paramos y pensamos "Donde coño estamos yendo?" Habíamos pasado la cima de los 514
metros habíamos ascendido la otra cima de 403 metros, el Croaghmartin y seguiamos sin encontrar el Mount Eagle Lough como punto de referencia. Eran ya más de las 2 de la tarde y a las 15:30 notaríamos mucha menos luz así que decidimos ir en dirección contraria al viento pensando que nos llevaría al mar y por defecto a la carretera principal.
Charcas, charcos, riachuelos, tierras pantanosas y 30 min más tarde llevaron a niveles más bajos de la montaña y empezamos a ver mierda de oveja, lo cual era una buena señal. Poco después empezamos a ver  el mar. Varios muros de piedra y 4 o 5 puertas más tarde conseguimos llegar a la carretera.

Después de andar otros 2 kilometros, como estábamos tan cansados y además teníamos que estar antes de las 5 para recoger nuestras entradas para el concierto en Dingle, decidimos hacer autostop. No lo he probado nunca en España pero aquí es realmente fácil, el primer coche iba lleno así que nos dijo lo siento y siguió, segundo se paró encantado. Una amable anciana y su hijo que venían de jugar al golf (todo muy posh) nos llevaron hasta Dingle ya que también habían ganado entradas "Gracias a unos contactos". Impresionados por todo lo que habíamos andado y sorprendidos por nuestra travesía por la montaña, nos dejaron en Dingle,dimos mil gracias y nos fuimos a ducharnos al hostel y a deshacernos de toda la ropa con olor a queso de oveja (empezando por los calcetines).

Video de Benny y yo en Mount Eagle

Después de recuperar fuerzas con una buena cena, nos esperaba a las 8 el concierto del festival de Other Voices. Debo hacer una tercera parte porque esto ya se ha extendido demasiado.

Debo hacer unas aclaraciones ya que mi madre se cree que yo me he ido de expedición al Himalaya que casi muero en el intento. La línea roja indica lo que debería haber sido la ruta normal de vuelta. La línea negra indica nuestra ruta alternativa  y como al final metimos la pata hasta el fondo cuando en algún punto del camino donde había dos direcciones (una de las cuales no se veía debido a que el terreno estaba mojado) tomamos la dirección errónea. La línea amarilla indica donde habríamos acabado si hubiéramos tomado la dirección correcta y demuestra que estábamos en lo cierto pensando que acortaríamos tiempo. Resumiendo, fue divertida nuestra ruta alternativa, si. Dingle es lo mejor de lo mejor!

Por cierto, la vaca de la fotografía nos persiguió durante unos 100 metros hasta que ella no puedo cruzar la puerta y nosotros si, pobre se le veía con una cara de "No me dejéis aquí por favor...".

martes, 10 de diciembre de 2013

Día 94 - Trip to Dingle and Other Voices: Parte 1

Ayer llegué a Cork a las 11 de la mañana después de un gran fin de semana en la costa oeste de Irlanda, exactamente, en Dingle. Debido a la gran cantidad de anécdotas y gente que me han pasado y he conocido, dividiré este viaje en dos partes, sabado y domingo. 

No voy a intentar resumir el viaje ya que vale la pena explicarlo de PE a PA, así que si no queréis leer biblias o no tenéis tiempo, os aconsejo que lo leáis más tarde o no lo leáis. 
Todo empezó el miércoles pasado cuando Benny ganó dos entradas para el festival de música Other Voices en Dingle (Co. Kerry). ¿Qué es Other Voices? No os voy a engañar, ni mi compañero, ni yo sabíamos de su existencia, Benny lo descubrió por accidente. Es un festival de música que se celebra desde hace 12 años en el pueblo de Dingle. En el tocan artistas que están pegando fuerte dentro de géneros bastante alternativos a lo comercialmente conocido, mezclando instrumentos como el piano, el chelo o el violín con música electrónica o no. Total que Benny ganó dos entradas y obviamente no rechacé la invitación para ir. Esa misma tarde estábamos planificando donde dormir, como hacerlo y como llegar allí. 

No encontrábamos alojamiento en tan corto plazo, así que se nos ocurrió pedir prestada una tienda de campaña y unos sacos de dormir y acampar en Dingle. ¿Locura? Para ser diciembre, si. Afortunadamente, tuvimos suerte y uno de los hostels nos dijo que tenía una cama libre para la primera noche y dos camas libres para la noche siguiente, de modo que Benny y yo tendríamos que compartir cama la primera noche. 

Como en las películas cuando dos protagonistas inician una carrera para ver quien llega antes al mismo lugar con un medio de transporte diferente, Benny y yo acordamos que él y su bicicleta irían en tren y yo en autobús. El principal motivo es que no podía llevar su bicicleta en el autobús y yo me ahorraba 30 euros. El bus a Dingle fueron 31,82€ ida y vuelta por Internet. 

 

Dicho y hecho, el sábado por la mañana, mientras Cork se despertaba de su resaca nocturna, los dos nos dirigimos a nuestras respectivas estaciones. A las 8:30 cogí mi autobús número 40 dirección Tralee (en gaélico, Playa de Lee). Al parar en Killarney, el conductor muy molón él con su boina a cuadros, dijo algo raro sobre el bus a Dingle, así que me cagué en los pantalones, le pregunté a un chico justo a mi lado y él muy amable fue a preguntarle al conductor, sin sobresaltos. El chico era músico y hablaba irlandés de pura cepa, además también español, así que durante los 53 km restantes hasta Tralee estuvimos hablando sobre diferentes tópicos tanto irlandeses como españoles o catalanes y me contó que otros festivales se celebraban en al zona. Realmente me hizo el viaje mucho más llevadero. A las 10:40 llegué a Tralee y después de despedirme del chico, me tocó esperar 45 minutos hasta mi siguiente autobús 275 que me llevaría a Dingle. Al mismo tiempo, Benny llegó a Tralee en tren que había cogido el tren a las 9, hablamos unos minutos y se puso en marcha por los 57 km en bicicleta hasta Dingle. En mi espera del autobús, un abuelo irlandés muy campechano (como no) se me acercó a decirme "Eh chico! Vas a Dingle?!", afirme y me contestó "10 minutos chico! Tu no eres de aquí verdad? Que haces tan cargado?!". Los abuelos irlandeses siempre tienen una razón para hablar, hablan por los codos, les encanta explicarte todo todo y todo. En el bus dos abuelos hablaban irlandés entre ellos. Una hora y 160 km más tarde estaba en Dingle y con una hora por delante me puse a hacer fotos por el puerto.

Connor Pass


Dos horas más tarde y un chaparrón, Benny y yo nos encontramos, él muerto de frio por el chaparrón que le pilló cruzando el Paso de Connor (suena muy a señor de los anillos, lo sé) y yo aburrido de esperar. Llegamos al hostel llamado Grapwine (17 euros la noche con desayuno y habitación de 8) y no dieron una buena noticia al saber que había dos camas libres, así que Benny "No sex tonight, sorry". Después de descansar y bajar a la cocina, conocimos a tres chicas irlandesas estudiando música, muy bromistas ellas no pararon de contarnos slang irlandés. Más tarde estas cantaban y tocaban la guitarra, cantaba muy bien, realmente bien. 




Los artistas tocaban en una iglesia (Iglesia de St. James) y solo 80 personas podían verlo en directo. Sin embargo, desde que el pueblo entero se volcó en el festival, muchos lugares retransmitieron en streaming las actuaciones. Mucha gente lo vio desde un hotel donde se alojaban los artistas, aunque el principal motivo era que este cerraba a las 5 de la mañana. Conocimos a más huéspedes del hostel en el que dormimos, uno de ellos estaba tan "contento" que me invitó a una cerveza y a Benny le encontraron parecido con el actor Killian Murphy (en el blanco de los ojos). Desafortunadamente, nosotros teníamos una excursión que hacer al día siguiente así que no podíamos estar de parranda hasta las tantas de la noche. Al día siguiente teníamos que levantarnos a las 7. A las 4 de la mañana conocimos a nuestras compañeras de habitación. Digo compañeras porque eran 5 irlandesas borrachas, una de ellas pintada como un cuadro abstracto.