domingo, 24 de noviembre de 2013

Día 73 - Trip to Galway, Connemara and Burren.

Esto es un francés, un hongkonés, un chino-mongolés y un español. Así comienza mi viaje de tres días a través del oeste de Irlanda, comenzando por la ciudad de Galway, pasando por Connemara, la región con más gaélico-parlantes de Irlanda y acabando en condado de Burren y Clare. 





Inmensa suerte la mía al conseguir un sitio en el autobús para el viaje organizado por la International Student Society de la UCC. El viaje tenía un valor de unos 80 euros pero a nosotros costó 30 euros al estar pagado en gran parte por la universidad. Esta fue la recompensa de estar a las 21:55 en frente del ordenador con el student ID copiado y listo para pegarlo en la hoja de aplicación online del viaje. Solo tardaron 60 segundos en llenar el bus según nos contaron los leaders de la ISS, alucianante. Ninguno de los erasmus que conozco aquí consiguieron un sitio, de modo que sería una gran oportunidad para conocer a más gente.

Miento, ya en la cola para subir al autobús, me encontré con alguna gente que conocía de vista o por ejemplo con Clément, un francés de lo más majo al que conocí el primer día que llegué a Cork en el pub crawl y al que por diversas circunstancias, hacía mil que no veía. El conductor sería nuestro guía y creerme cuando os digo que ese tío era un libro con patas, lo sabía todo, todo y todo. 




Después de más de 3 horas de viaje, llegamos a Galway donde nos alojaríamos en el Bernancles Hostel que le daré una valoración de 4/5 aunque le da mil patadas al hostel en el que dormí en Kerry. Teníamos que hacer habitaciones de 6 o 8 de modo que fuimos a caza: Sherwin de Hong Kong, Shane de Inner Mongolia (China), Oliver y Bianka de Rumania, Clément y yo. 

Por supuesto, esa noche hubo fiesta de lo más graciosa y con mucho flow. En ella descubrí que hay dos tipos de asiáticos: los parados, los cuales están en nuestro estereotipo de asiático; los movidos, aquellos que vemos en las películas americanas de fraternidades chinas secretas, pues así eran Shane y Sherwin, locos. La fiesta no duró hasta más de las 2 ya que mañana había que levantarse a las 8.






A la mañana siguiente y después de más de hora y media de viaje, dejando el ultimo lugar con más de 3 casas y perdiendo minutos más tarde por completo la cobertura, nos adentramos en Connemara, la región con más gaélico-parlantes de Irlanda. El paisaje estaba lleno de contrastes y en él reinaba totalmente la tranquilidad, era un maldito desierto que me recordaba por un lado a USA por la carretera solitaria en la que solo veíamos un coche cada media hora; también me recordaba al Ártico, por el ambiente frio y desértico. El paisaje iba cogiendo matices naranjas, amarillos y rojos y a medida que avanzamos, cogía tonos más verdosos. Para comer paramos en uno de los puntos claves de la región y parada obligatoria para todo visitante Kylemore Abbey donde aprovechamos para comer. Fui listo una vez más y traje comida de casa, los otros aprendieron la lección en ese mismo instante, no se repitió al día siguiente. 




Con la cartera herida de muerte, continuamos el viaje hasta Linnea, un pueblo perdido en la nada con un pub, un ultra marinos que a la vez es oficina de correos y vete a saber que más. Su monopolio era tal que vendían unas galletas de Tesco de 85c a 2,95 euros, yeah. El pueblo era famoso por haber sido auto suficiente durante muchísimos años. Vivían de la pesca y lo que cultivaban. 

Después de Linnea ya nos dirigimos a Galway. Después de unas horas de reposo, cena en Mc Donagh's  un restaurante de comida rápida irlandesa que no pasa del fish and chips o la pechuga de pollo con patatas y salsa tartara; 6 euros un buen plato y bebida, no está mal para matar el hambre. 

Fiesta otra vez con el resto de los pasajeros y miembros de la International Students Society de Galway, aunque para decir la verdad, no conocí a ninguno. Acabando el pub crawl  en Monrosse con buena música y buena compañía, volvimos a la habitación para cargar pilas. 

El domingo, último día, después de volver a hacer la bolsa de viaje y desayuno, de nuevo a la carretera donde el tiempo no acompañaba para nada. Recorrimos el condado del Burren, famoso por su terreno rocoso, mientras el tiempo cada vez era peor. Al llegar a Cliffs of Moher, el tiempo era totalmente un desastre, no se podía ver nada y hacía mucho viento. No merecía la pena empaparse para no ver nada...afortunadamente, no era mi primera vez allí :DDD 



Después de la desastrosa visita a Cliffs of Moher, bus y dirección a Cork. Llegamos 3 horas y media más tarde a Cork, destrozados y dormiditos como ángeles. Contento de llegar a casa y comentar con Benni su concierto en Dublin.

En conclusión a este post tan y tan y tan largo que ya me da igual alargarlo más, un fin de semana genial. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario