Para empezar el tiempo estas ultimas semanas ha sido horrible. Hemos tenido lluvias, vientos, lluvias y más vientos. Creo que hablo en general cuando digo que todos en Irlanda estamos acostumbrados a la lluvia. Sin embargo esta semana ha sido algo irreal con tanta lluvia y vientos huracanados, cada día oyendo el nombre de una ciclogénesis diferente, Ruth, Stephanie y mañana que se yo, Ruperta. Sexta norma de convivencia en Irlanda: Cuando un irlandés está asustado por el tiempo, asustate también. Así fue el martes, después de que el pasado domingo un valiente hombre si hiciera famoso en la red por nadar en la transitada Oliver Plunket Street por una pequeña inundación, el martes las sospecha se reavivaron. La radio, la tele, la gente hablaba de inundaciones esa noche, y yo pensando "bah, bobadas". Cuando vi que la propia residencia tomaba medidas preventivas dije "Ups, quizás si que llueve mucho". Así fue, me libré de ir a mi tutorial de las 5 en la otra punta de Cork en el Western Gateway Building y disfruté de una invernal y húmeda estampa irlandesa desde casa.
Nuestro punto de frikismo por las inundaciones rozó el irlandés, comprobando el horario de las mareas para saber cuando vendría la marea alta, a las 21:44. Así fue, pocos minutos antes de la marea, varios estudiantes ya se arremolinaban junto a la puerta a la espera del agua. Yo mirando por la ventana preguntadome "Que cojones hace en la puerta?" y poco después, incrédulo, vi el reflejo del agua en la puerta principal de la residencia. Como el día de Navidad, Charlotte vino a mi habitación para pedirme que bajara con ella a ver el agua...Y que coño! Claro que fui! con el pijama y la chaqueta de andar por casa como uno más!
Estas fotos cortesía de Charlotte (valga la calidad) muestran los resultados de una tarde de lluvias. La primera foto muestra el edificio de la Seguridad Social irlandesa que se encuentra junto al rio (que gran inteligencia sobrehumana la del irlandés). El rio normalmente se encuentra unos 2 o 3 metros por debajo de donde se ven la barandillas. Las otras fotos muestran la puerta de la residencia y los alrededores.
Sin embargo los resultados no fueron tan espectaculares como lo fueron en el centro de la ciudad donde gente con canoas navegaba y sacaba dinero del banco. Por otro lado, esto no fue tan divertido para todos aquellos comerciantes que estuvieron en vela toda la noche protegiendo sus negocios con sacos de arena todo y que hay que decir que no ayudaron mucho.
Y ayer otra vez, viernes los temores se reavivaron con nuevas lluvias durante toda la tarde y vientos aún más fuertes. Esta vez quedé con unos amigos para ver la marea a las 23:24, pero no fue tan alta como la otra voz y no causó ningún problema. Eso si, para ser viernes la calle estaba desierta, no se respiraba ese ambiente juvenil juerguista irlandés que se respira de miércoles a domingo a lo largo de Oliver Plunket Street. El viento y la poca vida de la calle nos hizo volver a casa a jugar al mus (gracias a las valiosas lecciones de Sara y a mis grandes expliciones en inglés) hasta las 2 de la mañana.
A todo esto del tiempo, también hablaba que estoy muy ocupado. Cuando vuelva de Erasmus, si alguien me dice que durante Erasmus te regalan las notas, es que no sabe de verdad lo que habla. Estoy trabajando incluso más que en España con tanto trabajo y lecturas y historias. Al menos me gusta y disfruto lo que hago. En UCC son muy estrictos con el plagio y tienen un código y un libro regulatorio de examinaciones que siguen a rajatabla. Tengo que entregar un trabajo en dos semanas el cual casi me penalizan hasta por respirar.
En fin, si quieres algo, has de trabajarlo.
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