Este fin de semana,
aprovechando que algunos se fueron a Ring of Kerry, Benni, Charlotte y yo,
después de perrear prácticamente toda la mañana en casa, nos vestimos y salimos
a la calle en un día atípico (digo atípico porque había 20 grados), yo iba con
manga corta y Beni se arrepintió de no ponerse pantalones cortos. Con cámara en
mano (poco después Charlotte se hizo con ella), nos pusimos a andar por la
ciudad con el objetivo de llegar hasta St. Patrick’s Hill, la parte alta de la
ciudad y donde se puede ver toda la ciudad. Las vistas fueron muy bonitas y
después de perdernos unas dos o tres veces, llegamos a la cima. Charlotte hizo 579761871000*π fotos, de las cuales que escogido las mejores, aunque
principalmente había hecho fotos sobre puertas (le encantan las puertas).
Encontramos las puertas abiertas en un campo de hurling y entramos. Creo que
fue lo mejor que hicimos, no había nadie, solo se escuchaba el viento y
tumbarse allí durante una hora estuvo genial.
Una vez en casa después de 5 horas andando y
después de cambiarnos, cena y alguna copa (esto va para mi madre que me estará
leyendo, no compré nada en el bar, es caro te lo repito) en casa de Quentin,
nuestro amigo francés de Bishoptown. Aunque esta vez se notó la ausencia de
gente que estaba de viaje, los sabados los pubs respiran un ambiente diferente
y a las 2 estábamos de vuelta en casa. A causa del horario de comida irlandés,
a esa hora tenía hambre así que me hice un bocadillo y no sé cómo, hablando y
hablando con Benni, nos dieron las 5 de la mañana.
Del domingo, nada remarcable, compra en el
supermercado, arreglar papeleo con la UCC y leerme algunos artículos de la uni.
Ah bueno…y comprar mi carísimo vuelo de vuelta de navidad, maldita navidad…vuelvo
el 16 de Diciembre. Por cierto, este próximo domingo, vuelve la final de hurling, Cork vs Clare, a darlo todo
otra vez. Up to the rebels!