Empezando el viernes por la tarde y llegando a Killarney donde dormimos en el Neptune hostel, pretty okey pero solo una ducha por planta y dos baños, lo cual nos obligaba a estar al tanto de si alguien salía de la ducha, ir corriendo a ocuparla (triste lo sé). La noche no duró demasiado ya que al día siguiente había que levantarse a las 7 de la mañana pero si se de algunos que llegaron a las 4.
La verdad es que el sabado tuvimos mucha suerte, un día soleado, etc, aunque todo lo bueno dura poco. Nuestra primera parada fue en el Lough Lane, expectacular como dicen la foto.
Hicimos una breve parada en Red Fox Inn (La posada del zorro rojo) donde vendían café irlandés a las 10:45 de la mañana por 5,50€ (gracias pero no). Más bien el sitio estaba hecho para atracar al turista ya que estaba en medio de la nada y incluso había una tienda porque había un museo de la cabra (obviamente no fui).
Para comer paramos en Waterville, cuya costa da al Atlántico y para comer nos salió jodidamente bien precio. Comí por 8 euros un buen plato de carne y verdura, lo cual después de la mierda de sandwitch del Tesco que me comí para cenar la noche anterior y la bolsa de patatas de cheddar y cebolla, me sentó cojonudo. En el pueblo había una estatua de Charlie Chaplin porque era su lugar favorito para pasar las vacaciones, un tio con buen gusto si.
After Waterville nos dirigimos a Parknasilla (he tenido que buscar en internet para encontrar el nombre) donde las vistas como veis eran alucinantes, pese al viento, había este tio tan raro con sus perros, cantando y acariciándolos.
Quentin con el subidón después de meterse una cocacola, listo para continuar hacia Lady's view.
Después de otra intensa noche de salida nocturna y madrugones, despertarnos con un tiempo totalmente opuesto al del día anterior fue un mazazo. Dejamos el Neptune Hostel por ultima vez y nos fuimos a Ross Castle que no tenía ninguna particularidad en mi opinión y me dediqué más bien a hacerle fotos a la gente que andaba por allí, amigos y no amigos. Quentin como siempre tan guay.
Finalmente y después de dejar este lugar sin sentido lleno de patos, llegamos al lugar que más me gustó de todo el viaje, Inch Beach, donde a parte de encontrarme a este perro tan guapo, el paisaje (todo y estar nublado) era muy chulo. Era una playa inmensa, la marea estaba baja pero subía bastante rápido (más de uno lo experimentó en sus pies). En ella se han rodado varias películas (Ryan's Daughter ni zorra lo se, lo leí en la cafetería). Después todos fuimos a tomar algo en una cafetería al lado de la playa que lógicamente atracaba al turista. Jose se gastó 4,25 euros en una tarta de chocolate que me dice cómeme.
Finalmente, llegada a Dingle para comer, gente cargada de puñetas por no probar otros lugares me hicieron gastarme una millonada en la comida del mediodía (no diré el precio por no ponerme a llorar). Momento gracioso fue el momento cuando vimos varios niños tocando el acordeón o la armónica en la calle como si de una banda mafiosa se organizara y controlara la calle. El ambiente de Dingle era de lo más pesquero, las casitas de colores y un montón de restaurantes pequeños para comer pescado fresco (mi madre dirá "Pero si no te gusta el pescado que dices", pero cuando se trata de la cartera, todo entra)
A las 4 de la tarde, emprendimos el viaje de vuelta desde Dingle, un viaje de 3 horas que lógicamente no aguanté despierto. Llegamos a las 7 de la tarde a casa con muchas ganas de volver a ver a Benni y hablar de su crazy Thursday night. Haciendo una valoración general del viaje diré "¿Valió la pena el viaje?", Sí, vi muchísimas cosas y el ambiente fue genial con todos los que fuimos y los guías; "Y el precio?", Por 95 € estuvimos 3 días fuera, en un hostel que incluía desayuno y se podía dormir, visitamos prácticamente todo o casi todo y además teníamos entrada gratis a cualquier local nocturno. "¿Repetirías?". Difícil pregunta, no soy muy amante de los viajes organizados, ir con un bus, con un tiempo concreto no mola nada. Por lo tanto, en mis futuros viajes, espero hacerlos por mi cuenta, será más trabajoso porque habrá que organizarse más, pero tendré más libertad de movimiento y tiempo.
He tardado muchísimo en escribir este post pero, recopilar las fotos y subirlas no ha sido fácil, añadiendo que la carga de trabajo en la universidad aumenta exponencialmente. Este sábado, una de las profesoras de una asignatura que hago, ha organizado un viaje a una fábrica de cristal en Waterford para que veamos su estrategia y su marketing. Lo mejor de todo no es que voy a viajar a Waterford, lo mejor de todo es que no pago nada porque la universidad paga la noche de hotel , el transporte y las comidas! Una ganga vamos!
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