miércoles, 30 de octubre de 2013

Día 54 - Cambio de hora y Jameson destillery.

Ya en la recta final de octubre y a punto de hacer dos meses en Cork, vengo de un largo fin de semana gracias a un agradecido lunes de Bank Holiday (día festivo porque les da la gana) donde tal y como dice el nombre, los bancos cierran. Para más inri gracias a que este martes no tuve tutorials, disfruté de un cuarto día de puente que he aproveché desde las 9 de la noche hasta que el cuerpo me aguantó. Aún con los 5 grados de esta mañana (según el tiempo esta semana se podría bajar de los 0 grados), no se me fueron las ganas de ir a correr.

Con el cambio de hora de este pasado sábado, el día se ha acortado aún más, a las 5:30 es de noche noche noche, el frío apreta y la lluvia...la lluvia está siempre así que no es nueva. Ahora hay que buscar un extra de energía/ganas para hacer la compra durante la tarde con la calle ya oscura, el frío, etc o esos tutorials de 5 a 6 o de 6 a 7. Winter is coming a pasos agigantados y aquí lo espero con mi ropa inviero preparada, gigabites de series, nuevos libros que me trae Amazon a bajo precio y por supuesto calefacción.

En fin, no hablamos de mis hábitos diarios. Además de ser puente, el famoso Cork Jazz Festival llegó a la ciudad y nos dejó el lunes. Se suponía que An Brog debía cerrar pero después de las quejas de la gente, sigue abierto aunque en mi opinión, cada día que pasa pierde más encanto. Volviendo al Cork Jazz Festival, durante 4 días hay conciertos de jazz, soul y otros derivados en los que el saxo tiene un papel importante, aunque en lo que principalmente se basa este festival es "Going out and get drunk" (mama después de esto, no me cantes la canción de siempre por Skype que la tengo ya muy oída). Pues eso ha sido un fin de semana bastante festejado incluyendo una escapada a la destilería de whisky Jameson, en Midleton. 

Para los interesados: Bus 40, 204, 260, 60 parando en Midleton (seriously?!) por el carisímo precio de 8,63 si compras el billete por internet o  9,30 si lo haces en el bus, obviamente ida y vuelta, lo que faltaba por escuchar... También se puede ir en tren pero pilla más lejos. Si soys un grupo mayor de 15 (como nosotros), no hace falta que compréis por Internet, solo hace falta que les enviéis un email indicándole el número de personas y la hora del tour a la que os gustaría asistir y una tal Barbara del departamento de reservas os responderá. Precio de grupo, 9,30 €, precio sin grupo, 10,20€. También se puede comprar el ticket en persona pero no garantiza que entréis en la hora que queréis entrar. 



Volviendo al issue, para aquellos que no lo sepáis (ya que a menos que seas bebedor frecuente de whisky o hayas visitado Irlanda no lo sabrás), Jameson es una marca irlandesa de whisky bastante famosa. El tour tiene toda la parte explicativa de donde se hace el whisky..., de donde vienen los ingredientes, el proceso and all that stuff. Estuvo muy entretenido la verdad y la guía hablaba muy buen inglés (hablamos de pronunciación si es que al acento de Cork se le puede llamar pronunciar). Al final de la visita, te enseñan como va cambiando el whisky a través del diferente destilado y los meses/años que pasa en barrica de roble. 

Después, ante de pasar a la cata, te hacen un poco de publicidad sobre los productos que puedes comprar. Por ejemplo, la botella Jameson de 12 años con el nombre de la persona a la que se la quieras regalar por 60 €;  también tenemos un Jameson Reserve Gold, de 18 años que vale más de 125 euros. Volviendo a temas importante, fui uno de los elegidos para participar en la cata de whisky y ver (y probar) la diferencia entre el whisky escocés, Jameson y el americano. No quiero hacer mala publicidad de Jameson, pero diré que el escocés estaba más bueno. Después de todo eso y tener un vaso de prueba gratis de Jameson, me hicieron entrega de un diploma que certifica que YO he visitado la destilería y me cualifica como catador de whisky. Para acabar la visita, me compré un vaso por 3 euros y Corrado le compró la botella con el nombre de su padre por 60 euros.








Y ya para despedirme, no acabaré sin mencionar el lunes en 20 cumpleaños de nuestra vecina vasca del 23 y el pastel de piña (mama no te emociones que no tenía ni que meterlo en el horno) a base de bizcochos empapados en el zumo de la piña, nata y la propia piña. Muy bueno.

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